Hoy se cumple el V aniversario de la muerte de una de nuestras trece barras, Pedro Buenaventura, es por ello que rescatamos nuestra humilde forma de honrar su memoria en uno de nuestros antiguos fanzines. 30 de mayo de 2017. Una pésima noticia para el beticismo llena los periódicos. Tan sólo diez días después de que el glorioso culminara la liga con un empate en Gijón. Tan solo un día después de que nuestra cantera consiguiese el ascenso, se da a conocer la muerte de otro gran fanático. Otro de los que dieron la vida por las trece barras. Pedro Buenaventura Gil estuvo cuarenta años dentro de nuestro club. Ha pasado por los equipos juveniles y el filial, delegado de campo y de viajes, representante en la federación andaluza, en la escuela de entrenadores, director técnico durante diez años y hasta ha dirigido a los nuestros desde el banquillo en cuatro ocasiones que, por circunstancias, fueron bastante jodidas. Pedro aceptó el cargo cuando los nuestros estaban en la cuerda floja, algunas veces con éxito y otras sin él, pero siempre de frente y asumiendo que si todo iba a la mierda él se hacía responsable. Siempre al servicio de nuestro equipo, y con un legado que sigue uno de sus hijos, director de la cantera. El otro se llevó bastante tiempo a las órdenes de Pep Guardiola como preparador físico.
Ser bético es una forma de ser, de vivir y de comportarse y nuestro sangre verdiblanca de hoy es ejemplo a seguir de ello. Pedro Buenaventura es un maestro de beticismo, es mágia, simpátia y saber estar. Sólo hay que recorrer Youtube quince minutos para apagar diciendo: “este tío es muy grande”. Porque hay que ser muy grande para hacer y decir todo lo que usted ha dicho y hecho. Porque sabemos que lo suyo sale del corazón, de esa sabía antigua que ya no queda. Esa pureza de reunir a los suyos en coro y cantar una sevillana por la permanencia del glorioso en primera: “A la segunda querían mandar al Betis, a la segunda, gente de mala leche, gente muy chunga…” Porque si a mi me preguntasen ¿El papa es del Betis? Diría que no, pero hay que tenerlos bien puestos para decir en la televisión “que si, porque vive en el beticano”. Porque en esta ciudad, como usted bien dijo, hay que elegir equipo y usted “como era más inteligente se hizo del Betis”. Es inevitable reír al escucharle porque es la voz del bético, de cualquiera de vosotros que leéis, o del que fundó la peña bética de brujas. Porque quién iba a creer que el Betis jugaría uefa en el 77, y a Pedro le llamaron loco por decirlo en su día. El respondió: “ loco no, que tengo libreta y lápiz y el Betis puede jugar uefa” serio y contundente, no se lo creía ni él pero ese Betis eliminó al Milán en recopa europea a partido doble.
Es la imagen de otra época, a años luz de este fútbol moderno que hoy sufrimos. Un “VIVA EL BETIS” que interrumpe una entrevista a zafra, una plantilla rezando a la virgen del rocío por la permanencia, una sevillana improvisada para celebrar y beticismo puro, sin tonterías ni extras. Un entrenador que no puede aparecer en la vuelta de copa contra el Barakaldo y buenaventura asume el cargo dando instrucciones claras: “ no os voy a decir cómo tenéis que jugar pa’ ganar al Barakaldo vamos… pero os pediría por favor que ganarais que es la única vez que me voy a sentar en el banquillo del Betis”. No era la única, pero si la primera y con victoria en la fase 1 de eliminatoria de la copa del 77, si si, la que ganamos.
No obstante, no todo ha sido gloria para él. También está en su historia el angustioso descenso en el 89.Él mismo había salvado al glorioso un año antes, con esa fiesta en las palmas, pero este año no podía ser. Pedro se moría en el banquillo, tan hundido como nuestro club que descendía, pero un grito de Betis, al pitido final, con un equipo ya en segunda, venido de un aplastante 4-0 en la penúltima jornada, le levantó. El espíritu del manquepierda, la locura verdiblanca.
No creo que nadie culpe a don Pedro Buenaventura Gil. Usted estuvo al servicio de nuestro club toda su vida. Era el recambio perfecto cuando fallaba otro con más fama y sueldo, porque Pedro era de los nuestros y sacaba los dientes por el Betis. Usted, a pesar de todo lo que nos ha dado, nunca tuvo aires de grandeza. “Los béticos son todos iguales, no hay hegemonía dentro del beticismo. Bético se es o no se es pero nadie es más bético que nadie”. Así lo decía, como también decía que el Betis era una forma de vivir y que si no existiese nuestro equipo de fútbol, los béticos existirían, porque ser bético era una manera de actuar y porque “todas las madres de todos los béticos son buenas mujeres”
Para Pedro el glorioso sobrepasaba los límites, él iba más allá. Tenía al Betis como filosofía de vida, un auténtico loco de la cabeza. Pero nosotros señor Buenaventura discrepamos, todos los béticos amamos nuestro club, pero hay personas que como usted, dedican su vida al completo a las trece barras. Y eso no es por ser más o menos bético, aquí estamos hablando de ser el Betis. Parte indispensable de la historia verdiblanca, ejemplo digno y admirado de nuestra locura. Personas como usted son las que hacen grande a este club, y es conocido y querido por muchos. Respetado y admirado. Aunque también envidiado por otros, aquellos que no comprenden que más allá de una copa está el orgullo y la tradición. El buen ambiente y el arte. Ojalá volviese Pedro Buenaventura a contarles a esos ignorantes de que va el fútbol de verdad. Gente corriente como usted nos ha dado el salero que nos caracteriza. Esa manera de sentir unos colores y lo más importante, de transmitirlo. Sin tapujos ni formalidades, con naturalidad, como es, desde dentro y desde fuera. Usted estuvo hay siempre que el Betis le necesito y el Betis le seguirá donde quiera que vaya.
Donde quiera que esté, Don Pedro Buenaventura Gil, Gol Sur 1907
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