¡¡Buenas a todos los tifomaníacos!! Queremos empezar dando la bienvenida a todos los amantes de la cultura de las gradas y, sin que sirva de precedente, a esos seres con los cuernos a la vista que se pasan por las redes sociales de su eterno rival para ver y comentar todo lo que hacemos. ¡Saludos ratas curiosas, ya podéis volver a vuestra aburrida vida de infelices!
Una vez dicho esto, vamos a aprovechar este infame parón de liga para contaros cómo hicimos el tifo del pasado derbi, y que podáis así matar un poco el gusanillo de BETIS.
Desde primera hora, teníamos claro que había que hacer algo más espectacular que el anterior, no podía ser mucho más grande pues las dimensiones de la grada son las que hay, pero aún así conseguimos dar más anchura que el anterior, siendo la altura la misma, dos anillos.
Como ya comentamos, la idea comienza con unas birras en los aledaños de Heliópolis. Ilustrativamente el tifo iba a ser otro completamente diferente, siendo el mismo concepto, dándole hasta forma incluso (prometemos hacerlo algún día), pero surgió la forma del Escape Room y no lo dudamos ni un segundo. De repente las ideas y detalles fueron saliendo solas hasta pulirlas todas con el diseñador. Si todavía no has leído nuestro artículo sobre todos los detalles del tifo, aquí os lo dejamos en nuestro siguiente enlace: https://www.golsur1907.com/tifo-derbi-6-11-2022/
Manos a la obra tifomanicos, era vuestro momento.
Para poneros en situación: el tifo de los caballos tardamos aproximadamente un mes. Más de 700 cuadrículas, 30 metros de alto X 57 de ancho. Para este fueron 240 cuadrículas para un tifo de 28 metros de alto X 60 de ancho y tardamos 13 días. Algunos se preguntareis cómo siendo más o menos igual hemos tardado la mitad de días, bien pues ahí va la cuestión. Aparte de que seguimos siendo los mismos desastres que lo dejamos todo para el final, los tifomaníacos tenemos muchas cosas buenas, pero usar nuestra cabeza razonadamente no es una de ellas.
Tras varías conversaciones decidimos probar a proyectar (utilizamos un proyector para el que no nos conozca) a 1,5 mts de alto X 7 mts de ancho en vez del costoso trabajo de chinos que suponía 1,5 X 1,5 mts. La prueba inicial salió bien con el tifo de “la vuelta al mundo” que hicimos, por lo que ahorramos mucho tiempo y cuando cosemos no nos descuadra tanto la tela.
A la misma vez que se iban marcando con rotuladores las tiras de tela, unos cuantos nos ponemos con la costura, no sabéis lo contento que está, éste que escribe, con el “comando costura”, cada día son más y mejores por lo que ya no supone el suplicio que era antes.
Las tiras irían en vertical. Primero se encajaba una tira con la siguiente, viendo que las marcas hechas con rotulador encajasen y posteriormente comenzábamos a unirlas. En total, 40 tiras verticales que harían los 60 metros que tenía el tifo de ancho. Tuvimos nuestros problemas habituales con la máquina pero nada que ver con lo que había antes.
Otra de las novedades fue la partición del tifo en tres partes. La dichosa plataforma de la cámara del segundo anillo de gol sur nos trae muchos quebraderos de cabeza para poder encajar esa parte del tifo a la perfección, por lo que esta vez decidimos dividir el tifo en tres. De esta forma la parte que habría que encajar era mucho más pequeña por lo que nos resultaría más fácil al ser menos pesado.
Esto trajo consigo otra ventaja, a la misma vez que se seguía proyectando y cosiendo, también podíamos empezar a pintar la primera parte. Suponía mucho trabajo a la vez pero la experiencia adquirida en estos años más el compromiso de todos los componentes nos hacía creer que era posible. Tuvimos que parar por el partido contra el ATM, así que aprovechamos para preparar todos los materiales, hacer inventario, mirar las pinturas y el plástico para cubrir el suelo y evitar que se manchara de pintura.
Al día siguiente, lo que parecía ser un lunes más de mierda después de la derrota del glorioso, se convirtió en uno de los mejores días de tifo que he visto desde que nació Gol Sur 1907.
El parking se llenó de golsureños que, sí, estaban dolidos todavía por la derrota, pero no dudaron ni un segundo en dejar ese enfado de lado junto con su tiempo libre para no parar de currar desde bien temprano hasta altas horas de la noche por su Betis. Yo es de las cosas más cercanas al “manquepierda” que he podido ver y que orgulloso me siento de ellos.
De esa semana que comentaros, muchos rotuladores, mucho hilo, mucha pintura con respecto al trabajo, con respecto a lo importante, mucho refresco amarillento cruzcampero fresquito gracias a nuestra mejor novedad que fue la aportación de una nevera al parking, alguna que otra anécdota entre los más locos y muchas risas.
Destacar así el sábado noche también, podíamos hacer un artículo entero con lo que se volvió a vivir allí, pero gracias a Dios los electricistas saben hacer su trabajo, y podemos decir que hubo un pequeño problema con la luz y al día siguiente seguimos trabajando con normalidad. Ya hemos dicho que usar la cabeza no es nuestro fuerte.
De lunes a lunes, sin descanso, se pintó la parte izquierda y se terminó de coser y proyectar la parte central primero, se pintó la parte central y se proyectó y cosió la parte derecha después, y se pintó la parte derecha por último. Estábamos a martes de la misma semana del partido y estaba todo casi acabado, ¡no nos lo creíamos!
Antes he dicho casi todo porque otra de los cambios que hemos hecho en este tifo era incluir la frase en él mismo, y había que pintarla. Lo dejamos para el final para evitar todo lo que os podéis imaginar y que ya hemos comentado por aquí alguna vez. El martes por la noche cuando se terminó de pintar, no nos podíamos permitir el lujo de la aparición de algún lenguarón con la frase, por lo que varios valientes utilizaron retales de telas y sus propias ropas y mochilas para, como si del campamento de verano de fin de curso de sexto de primaria se tratase, pasar la noche allí. Pocos detalles agradables que se puedan contar de esa noche, pero el objetivo estaba conseguido: frase pintada y recogida a la mañana siguiente. Pd: creedme somos personas normales aún así.
El jueves jugábamos el último partido de la fase de grupos de la europa league, por lo que se acercaron algunos para dejar todo recogido y limpio. Parking libre, a miércoles, de verdad que no sabéis lo incrédulos que estábamos.
El descanso y la tranquilidad nos duró hasta el sábado por la tarde, momento de preparar todo el mecanismo del tifo, y vinieron los problemas y los agobios. Faltaban cuerdas, fixo, cinta carrocera, éramos poco personal, y la visibilidad a altas horas de la tarde no acompañó tampoco. Nos fuimos para cenar pero aún así adelantamos bastante trabajo, pero ir a la mañana siguiente era inevitable.
Domingo, día del derbi, con todos los nervios que ello conlleva y por lo que intentamos evitar en un principio que fuera jornada de trabajo, pero ahí estábamos, quitándonos horas del disfrute de la previa para terminar de preparar todo. Terminamos de poner las cuerdas, subimos las partes laterales del tifo y probamos la parte central, con el mecanismo de palos de PVC y cuerdas ya utilizado antes, hacía arriba que dejamos preparada el día anterior. Arreglamos los errores que vimos, aseguramos algunos desperfectos y a disfrutar de la previa, el que pudiera claro está. A algunos la mente nos jugaba una mala pasada, pero cayeron varios litros, no os vamos a engañar.
Dos horas antes del partido, quedamos para organizarnos todos. Nos dividimos en tres grupos, uno por anillo, y con sus respectivos responsables que llevaban sus walkies para comunicarse entre ellos. Nos dirigimos al estadio, dimos una colorida y calurosa bienvenida al autobús del equipo y para dentro.
El grupo del segundo anillo constaba de los que tenían que desplegar las partes laterales hacía abajo y los que tenían que tirar de las cuerdas para subir la mitad de la parte central hacia arriba, más un par de personas más pendientes de la zona de la plataforma.
El grupo del primer anillo se centraba casi en su totalidad en la parte central, pues tenían que supervisar que la subida de la mitad central era la correcta y una vez terminada, desplegar la otra mitad hacia abajo.
Por último, los de la grada baja eran responsables de que las uniones de las tres partes coincidieran entre sí y estuvieran lo más unidas posibles, algo que también se tuvo que hacer en los demás anillos.
La organización la formaban unas 50 personas en total para el despliegue. Todo ello sin contar con los abonados de Gol Sur, nuestros grandes aliados una vez más. Desde estas líneas, agradecer el buen trato, comprensión y la ayuda que nos brindaron en todo momento, porque sin su ayuda posiblemente no hubiera sido posible. ¡Un DIEZ otra vez para todos ellos! Da gusto ver que cada vez se nos apoya más para estas cosas y se tiene más cultura de grada.
Muchos nervios en los minutos previos al despliegue del tifo pero con la confianza del trabajo bien hecho. Ni había terminado todavía el show que había preparado en el césped cuando comenzamos con el despliegue, pero quedó claro que el verdadero espectáculo, una vez más, lo ponía Gol Sur 1907.
Todo el trabajo, esfuerzo y dedicación valió la pena y ahí está el resultado. En definitiva, como ya citara un buen amigo mío “nuestras vidas entregado al BETIS, mucho curro, tiempo y dinero invertido, muchos problemas e inconvenientes, que afortunadamente pudimos superar, para regalarle a todos los béticos algo que quedará para el recuerdo.”
Mi más sincera enhorabuena a todos aquellos locos del parking y que confiaron una vez más en GOL SUR 1907. Gracias también a los grupos, peñas y particulares que siguen apostando por GOL SUR 1907, ya sea afiliándose o comprando el material, porque es parte fundamental. Sin más nos despedimos dejandoos nuestros ya asiduos videos sobre el making off, hasta el próximo TIFOMANÍACOS! Un fuerte abrazo.
LARGA VIDA A LOS FANÁTICOS DEL REAL BETIS BALOMPIÉ
Ciertos vecinos, asiduos a barrios que giran en torno a centros comerciales, quieren denunciar un tifo que fue aprobado tanto por la Comisión Antiviolencia como por la subdelegación del Gobierno. En cambio, todos los béticos a los que se les propuso colaborar en su diseño, el cual no ha dejado indiferente ni al lado agraciado ni al lado emponzoñado de esta bendita ciudad, no dudaron en aportar su granito de arena, dando lugar a la maravilla que ayer se desplegó en la grada de Gol Sur. El concepto general había surgido como surgen tantas ideas: a base de cervezas en el Jamaica. Y entre un buen número de béticos, cada uno de su padre y de su madre, pero con el referente común que significa el Real Betis Balompié, fuimos perfilando los detalles de este tifo que tanto ha indignado al otrora portero lenguarón.
Lo cierto y verdad es que el diseño y la elaboración del tifo no ha sido fácil. Varios ilustradores se echaron para atrás en el último momento, muchos béticos tuvieron que movilizarse para pintar, la máquina de coser parecía que iba a reventar en cualquier momento… pero la cosa salió adelante, y dentro de poco los béticos (y aquellos que sigan quejándose en un par de meses) podrán ver un making of que explicará en detalle cómo la idea pasó de las mentes pensantes de unos locos de la cabeza a las gradas del Benito Villamarín. Pero este artículo busca otra cosa bien distinta, que no es otra que desgranar todos los detalles de un tifo que, estamos seguros, ha marcado un antes y un después en la grada de animación del Real Betis Balompié.
Evidentemente, el tifo en su totalidad es una representación de la pantomima que los béticos tuvimos que sufrir el pasado 15 de enero, aquel día en el que el equipo que “nunca se rinde” se agarró a un “palo ardiendo” para poner pies en polvorosa y salir por la puerta de atrás de nuestro estadio. Se encontraron encerrados en un Escape Room del que sabían que no iban a poder escapar sanos y salvos, por eso decidieron tirar abajo la puerta tras llamadas de teléfono y gritos de: “¡Tírate al suelo!”. Fueron capaces de abandonar aquel Escape Room Benito Villamarín, pero como bien dicen al otro lado del Atlántico, “esa mancha no se borra más”, y al día siguiente le pusimos el sellito para que les quedara claro que habían terminado saliendo de nuestra casa con la cabeza gacha y la bilis en la boca.
Pero vayamos por partes. Creemos necesario empezar por uno de los elementos que ha demostrado, contra todo pronóstico, no solo la ineptitud, sino la inestabilidad emocional de más de uno y más de dos: el bético que aparece en medio del tifo con los brazos cruzados. Se ha leído a algunos perturbados comentar que esta figura no era otra que la de un dictador, pero lo cierto es que se trata de un diseño que se remonta al año 2019, el cual nada tiene que ver con lo indicado por los desequilibrados de turno. Es un bético con camisolín antiguo y bigote de época que busca recordar a los primeros balompedistas, a aquellos que seguían al Real Betis Balompié sin importar el equipo que tuviera enfrente, porque lo importante era defender los colores de un equipo que no tardó en ser el primer andaluz en disputar la Primera División. Es que se parece hasta a Manuel Ramos Asensio, uno de los fundadores del club y responsable directo de que abandonáramos el color azul por el blanquiverde, pero nada, hay quien ha preferido hacerse pajas mentales para intentar salvaguardar la vergüenza que hubieron de vivir en la grada al ver el tifo frente a ellos. Pero es eso, logo que forma parte de la imagen de la grada Gol Sur 1907, sin más.
Si fijamos la atención en el lado derecho vemos que comienzan los detalles. Los personajes del banco son evidentes: un Pinocho que representa la raza de una gente que no le dice la verdad ni al médico, y un chiquillo vestido de rojo, que en el fondo dolió meter en el tifo, porque como una vez dijo dijo un sabio: “lo bonito que es el verdiblanco y tienen que venir estos hijos de puta aquí vestíos de colorao”. El muchacho llora mientras observa en el suelo la peor arma de destrucción masiva que se puede encontrar en los tiempos modernos: un palo de PVC, capaz de provocar él solito que un equipo entero pegue una espantada de un campo de fútbol. Sobre los ínclitos inquilinos del banquito descansa un cuadro de Fekir, pero no un Fekir cualquiera, sino el que marcó aquel gol olímpico que desencadenó, no solo que un papafrita tirara un palo de plástico, sino el espectáculo más bochornoso que ha dado el fútbol moderno (con perdón del individuo aquel que se lio a muletazos con un guardia de seguridad).
Junto a ellos hay una estantería que tiene algunos detalles dignos de mención. Podemos encontrar un reloj que marca el minuto y el segundo exacto en el que Fekir mandó a callar a una manada de cabestros, así como también está presente la Copa que terminamos conquistando en la Cartuja (pese a los deseos del letrado de la Manada, que no deseaba otra cosa que celebrar un “Cartujazo”). Y, por supuesto, aparece la llave del vestuario que con tanto ahínco buscaron Monchi y Lopetegui para sacar a su equipo del campo. Pero Sevilla es una ciudad de literatos, y quisimos acordarnos de Gustavo Adolfo Becquer y sus Cuentos y Leyendas. Por esa razón hay una pequeña librería que, bajo el rótulo de “Cuentos”, recoge los mejores cuentos de la Canalla: “1890”, “Sevillanía”, “Nunca se rinde”, “Casta y coraje”, “Un partido más” y “Traumatismo” son los títulos de los libros que adornan las estanterías de cualquier prepotente sevillano, por eso creímos fundamental que aparecieran ante los ojos de propios y extraños.
Si nos centramos en el lado izquierdo del tifo, aparecen más cositas interesantes. En este sentido, hay mucha gente que se ha preguntado qué pintaba ahí una camiseta enmarcada de los Chicago Bulls, y lo cierto es que las lecturas pueden ser muchas, pero no somos nosotros nadie para quitarle la ilusión a los béticos de bien que han ido encontrando ideas por su cuenta. Así, el que haya visto alguna referencia al celebérrimo “Ya están los toros, que salgan los toreros”, puede que esté en lo cierto. Si hay algunos más mayores que se han acordado de Super Paco sosteniendo los cuernos con sendas manos, tampoco vamos a decirles que estén equivocados. Y si hay quien recuerda que Michael Jordan llevaba el 23 de los Bulls y comparte apellido con el que, sin duda, debía haber ganado Goyas, Oscars y Conchas de Plata en los últimos certámenes de estos premios, que Dios nos libre de quitarle la razón. Las posibilidades son muchas y, desde luego, a buen entendedor, sobran las palabras.
Pero vamos al punto álgido del diseño, al que provocó que el mismo ex-portero que ya usó el teléfono para retirar al equipo del campo, lo usara para exigir responsabilidades por el tifo que acababan de desplegar delante de sus narices. Porque el individuo que aparece de espaldas teléfono en mano no es otro que Monchi, el cañailla adoptado que salió después del partido a darse en el pecho los mismos golpes que una semana antes sus monchitos le daban en el capó del coche. Si la calva reluciente no es suficiente para identificarlo, el sombrero, la varita y el conejo del suelo terminan por demostrar que se trata del auténtico Mago Ramón; célebre, no tanto por los fichajes, sino por hacer desaparecer de un estadio a un equipo completo y a la mascota del equipo, que no es otro que Martagón. Además, que después de haber conquistado Roma queríamos hacerle un pequeño homenaje a los tiffosi romanistas, quienes llegaron a decir de él que “vino como un león, pero se escapó como el peor de los conejos”.
Es evidente que para escapar del Escape Room Benito Villamarín cogieron la puerta de la izquierda, la que tiene un exit verde de los grandes, como también es obvio que esa fecha que aparece en el almanaque, la del 15 de enero de 2022, quedará grabada para los restos. Mientras tanto, ayer volvieron a escaparse vivos, pero decisiones arbitrables cuestionables y pisotones aparte, hace tiempo que algo ha empezado a moverse en el Betis, tanto a pie de césped como a nivel de grada. La indignación por un empate inmerecido y el orgullo de vestir una grada con sus mejores galas ha llegado para quedarse y, esa, es la mejor de las noticias para todos los que amamos al Real Betis Balompié. Solo nos queda esperar la revancha y un nuevo tifo en el Villamarín, aunque estamos seguros de que, tanto una cosa como la otra, no tardarán en llegar ¡Gloria al Betis siempre y larga vida a sus fanáticos!
Todo comenzó con el viaje frustrado a tierras escocesas, como bien recordaréis, debido al contexto sanitario del momento fuimos muchos los béticos que, en vísperas de Navidades, no quisimos arriesgarnos a quedarnos en estas fechas señaladas encerrados en un hotel de Glasgow celebrando la Noche Buena más solos que Juan Carlos I. Después de un mes sin viajar y con el último cancelado, no podíamos terminar el año sin un último desplazamiento que nos matara un poco el gusanillo. Partido un jueves laborable, de noche, con precios de entradas poco atractivos y sin otra forma de desplazarse que no fuera en coche, pero allí que fuimos, está Copa tenía que ser nuestra y teníamos que estar en cada desplazamiento arropando a los que unos meses más tarde se convertirían en nuestros héroes.
Empezamos a organizarlo, preguntamos cuantos vendrían y, como siempre, de primeras se apuntan unos 25-30 pero a medida que pasaban los días ese número bajaba considerablemente y al final, nos juntamos 9 miembros de nuestra peña (PB Montequinto). Creo que los únicos a los que nos habían dado el día o los que habíamos conseguido mentir lo suficientemente bien en el trabajo para que no dieran el día. Llegó el día del partido y, como no podía ser de otra forma, problemas para que nos den la furgoneta. Después de estar dos de nosotros más 2 horas de discusiones en Santa Justa, que se acordaran de toda nuestra familia, cercana y lejana, logramos salir. Ponemos rumbo a Córdoba para recoger a los dos que faltaban, pero, a mitad de camino, tuvimos que hacer la primera parada para que uno de nosotros fuera al servicio. No éramos conscientes de lo que estaba por venir. Paramos en Córdoba, nos comimos el peor desayuno que hemos tomado en Andalucía (mejor que cualquiera de Madrid) y por fin, salimos hacia Talavera de la Reina. Paramos una vez más en Despeñaperros para que el mismo individuo, que ya había ido tres veces, fuera “por última vez” al baño, pero no fue así. Llegando a Toledo empieza a gritar: ¡Parad, parad, parad ya que me meo!, frenamos en mitad de una incorporación, nos paramos en el arcén y, para sorpresa de todos, ¡se había meado encima! Esta persona, mientras toda la furgoneta aguantábamos la risa, se baja y decide terminar de mear en el arcén con el viento en contra para terminar de mojarse. Se ve que tenía calor.
Una vez en Talavera nos ponemos en busca de algún establecimiento en el que refrescarnos con el tradicional zumo de cebada, empezar la previa y juntarnos con el resto de béticos que venían a ver el partido. Nos paramos en un bar enfrente del estadio y allí nos juntamos la mayoría de béticos desplazados, entre los que se encontraban miembros de varios grupos y peñas de la grada baja de Gol Sur y algún bético de Talavera de la Reina y ciudades cercanas, en total, unos 25/30 golsureños presentes junto a otros 200 béticos. Lo típico de las previas, cánticos, hermandad, bebidas y pasarlo bien hasta que llegara la hora de ir hacia el estadio.
Llegamos al estadio, aroma a fútbol añejo, con gradas prácticamente pegadas a la línea, ¡llegaba el olor a césped a la grada! Hay que reconocer que una de las pocas decisiones acertadas por parte los dirigentes del fútbol español en los últimos años, ha sido el nuevo formato de La Copa, que podamos disfrutar, aunque sea un poco, del fútbol de toda la vida, es un lujo.
Como siempre, había una grada visitante repleta de hermanos béticos y, entre todos los que éramos como suele pasar en estos casos, y sin saber si por los principios empíricos de la jodida ley de Murphy o el Karma en su venganza a las travesuras del viaje anterior a Alicante con los cámaras (ver crónica Alcoy), la imagen en directo por televisión no fue otra que la de un servidor cubata en mano y cigarro en otra, cuando supuestamente no podías ir a trabajar porque estabas muriéndote en casa y encima tus jefes te pillan. En fin, cosas que a todos nos ha pasado alguna vez por querer acompañar al Betis a todos lados. Para los más curiosos, si, conserve mi trabajo, pero solo hasta el 23 de abril, día en el que me pusieron en la tesitura de “trabajo o final de Copa” y aquí estoy dos meses después, escribiendo la crónica del viaje a Talavera y echando Curriculums en busca de ingresos para gastármelos en Ryanair y pensiones de mala muerte de ciudades europeas.
Del partido solo vamos a decir dos cosas: Joel y Lainez nos dieron parte del título que hemos ganado, que conocimos a un pequeño de diez años, natural de un pueblo de Toledo y que, misteriosamente, es igual o más bético que nosotros sin haber tenido la suerte de haberlo mamado en casa, en la familia o en su entorno. Gracias a gente como este pequeño el Real Betis Balompié es tan grande.
Tras el partido, parada en un Burger King para comer algo rápido y rumbo a Sevilla por la peor ruta que podía haber. Después de muchas horas, muchas curvas, no encontrar gasolinera abierta y acabar echando gasolina en la gasolinera más tercermundista de toda España, por fin llegamos a la Ciudad del Betis, con 2 horas de sueño por delante para poder ir a trabajar lo más decentemente posible. O, mejor dicho, lo menos indecentemente posible.
Viaje que, sin esperarlo, creo que ha sido uno de los que más hemos disfrutado y que sin duda hacen que amemos aún más a nuestro equipo. Como dijo Joaquín, nuestro capitán, el día que pasamos a la final contra el Rayo, “qué bonito es ser del Real Betis Balompié, no por estas noches sino también por otras cosas”.
Como todas las grandes historias, todo comenzó con la coletilla mas famosa y temida de todos los tiempos, ´´A que no hay huevos de presentarnos en Alcoy a ver el Betis“. Todo esto carecería de merito si no fuese porque el partido era un miércoles y la famosa frase y el origen del viaje surgió el Domingo tras un postpartido del glorioso y apenas tres días antes del partido. Con el subidón de la victoria en casa ante el Levante y alguna copa que otra en el cuerpo, empezamos a buscar las formas de viajar hasta Alcoy. Al ser entre semana todas las opciones eran prácticamente inservibles, puesto que eran bastantes horas de carretera, había que compaginarlo con los trabajos y no salían las cuentas respecto a los horarios. Todo parecía ir en contra hasta que un miembro del grupo encontró un vuelo de Sevilla a Alicante para el día del partido y por la friolera cantidad de 8 euros. Inmediatamente empezamos a sacar los vuelos. De primeras no fueron ni cinco personas pero como pasa siempre, poco a poco la gente fue envenenándose y se empezaba a sacar el vuelo por su cuenta. De 5 pasamos a 8, de 8 a 10, de 10 a 16 y la misma mañana del viaje cerramos la lista con 21 personas. Desde aquí me gustaría hacer mención a ciertos miembros del viaje que se inventaron enfermedades y defunciones de familiares para poder salir antes de trabajar y llegar al vuelo que salía a las 2. El que esté leyendo esta crónica bien hace en preguntarse que coño hacíamos en Alicante si el partido se jugaba en Alcoy y es aquí donde empieza la segunda parte del viaje. En Alicante tuvimos que alquilar 3 furgonetas para poder desplazarnos hasta Alcoy que se encontraba a una hora de viaje del aeropuerto. Tras recoger las furgonetas y tras unas paradas para satisfacer las necesidades de algún que otro amigo de lo ajeno, pusimos rumbo hasta Alcoy.
Una vez en Alcoy y a falta de 3 horas para el partido decidimos hacer un poco de turismo por la ciudad. Nos reunimos con 9 miembros de BETIS BARNA que habían bajado de la ciudad condal para hacernos compañía y los 30 regalitos de Dios pusimos rumbo hacia el centro de Alcoy. Como podéis imaginar se acabó la tranquilidad de la que podía gozar esta humilde localidad un miércoles por la tarde. Unas horas en el centro, algunas compras de decimos de navidad, la invasión a un Belén viviente y para el estadio que llegaba el bus del equipo y había que darle una sorpresa a aquellos que pensaban que un miércoles a las 9, en la primera ronda de Copa y contra un rival de tercera, el Betis no tendría el apoyo de su infantería mas fiel y leal.
Llegó el autobús y más de un centenar de béticos cortaban el acceso al estadio con bengalas verdes y con una pancarta que ya es historia viva del Real Betis y que rezaba SOLO HONRAMOS TU ESCUDO. Tras el recibimiento era hora de poner rumbo al interior del estadio.
El estadio respiraba aroma de futbol del de verdad, del de toda la vida. Un estadio sin apenas asientos, donde prácticamente todo el futbol se ve de pie y a pie de campo. Un estadio con niños jugando al futbol en las porterías antes de que empezara el partido y donde nos dieron la mejor noticia que alguien podía darnos en ese momento… HAY ALCOHOL EN EL BAR DEL ESTADIO.
Del partido poco mas que decir, entre la superioridad del Betis y la superioridad del alcohol en nuestro cuerpo se pasó volando. Al final del partido y aprovechando que aquello era casa Pepe algunos miembros del grupo decidieron darse un paseo por el césped para ver si se traían a Sevilla algún que otro calcetín sudao de alguno de los jugadores. El balance fue positivo; La camiseta de Miranda, los guantes de Joel Robles y que 2 de los que se supone que estaban malos y en el tanatorio salieran por la tele a 600 km de donde les habían dicho a sus jefes que iban a estar.
Tras el partido y tras un asalto a una de las furgonetas de realización de DAZN para desconectar cables y tocar botones ( No nos juzguéis, os recuerdo que se vendía alcohol en el estadio) pusimos rumbo para Sevilla.
Y no se si os habéis dado cuenta pero en ningún momento de la organización del viaje he mencionado el viaje de vuelta. Y es por la sencilla razón de que no había ningún vuelo de retorno y la vuelta tuvimos que hacerla en furgoneta…
600KM después llegamos a Santa Justa a soltar las furgonetas y de ahí cogimos un taxi para nuestras casas a dormir calentitos nuestros PUESTOS DE TRABAJO.
Para el que aquí escribe ha sido uno de los viajes mas puros y auténticos de los que ha hecho siguiendo al glorioso, que no son pocos. Y creo que mis compañeros de viaje pueden decir lo mismo.
Hoy, mañana y siempre LARGA VIDA A LOS FANATICOS DEL REAL BETIS BALOMPIE.
Pd. Un saludo al cámara de Dazn y un abrazo a mi jefe que ese día no vio la tele.
Como el anuncio del turrón, en vísperas de estas navidades, la pintura, las telas y las brochas han vuelto a ser el centro de atención para los componentes de gol sur. Signo inequívoco de que un nuevo tifo iba a engalanar al Benito Villamarín. La banda del glorioso sería por tanto el perfecto aperitivo en el partido anterior para seguir dándole color a nuestra grada y llevar en volandas al equipo hacia la parte alta de la clasificación. La Real Sociedad, con la lluvia de peluches, era además el partido idóneo.
El tiempo como siempre fue la principal premisa para buscar la idea, corría rápido y en nuestra contra. Algo sencillo, con un mensaje esperanzador y con una línea continuista respecto a los anteriores. Una frase de un cántico de nuestro cancionero nos iluminó el camino : “ SOLO SE QUE JUNTOS LO VAMOS A CONSEGUIR”. El tiempo nos dará o nos quitará la razón, pero creemos en el plan y lucharemos juntos para conseguirlo, los jugadores en el campo y los fanáticos en la grada. Pues venga, empecemos a trabajar.
La vuelta al trabajo tenía una sorpresa. El rey Baltasar ataviado con el sobrero de Finidi iba a visitar de manera anticipada el Benito Villamarín trayéndonos uno de los regalos más esperados por nosotros, una nueva máquina de coser (hemos debido ser muy buenos desde luego). La exaltación de felicidad por el maravilloso regalo que tanto trabajo nos iba a facilitar, tristemente nos duró poco.
Los pocos conocimientos sobre el idioma chino, coreano o japonés (a saber en qué demonios estaba escrito el manual de instrucciones) dificultaron el montaje de la nueva máquina, pero como buenos ‘’currelas’’ conseguimos montarla sorprendentemente bien, o eso pensábamos por el momento.
Una vez resuelto el montaje, la proyección sobre las telas fue todo un éxito. En dos días teníamos todo proyectado y como buenos chavales aplicados, comenzamos a adelantar trabajo renovando algunas de las banderas y estandartes que iban a acompañar el tifo. Sorprendentemente íbamos adelantado en plazo, debe ser que hemos madurado, por fin.
Llegó el gran día de coser y pintar. Nuestro optimismo nos hacía pensar que en ese mismo día, al ser festivo, nos iba a dar tiempo de terminar todo. La horita de costura y echar nuestro día de pintura tranquilo, sin prisas… y sinceramente, al final de la tarde con una cruzcampo en la mano. Si acaso rematar detalles otro día, pero parece ser que el madurar no te quita el mal bajío que tengas y como no, nuestra mala suerte quería ser de nuevo la protagonista. No contábamos con que la máquina de coser era un fórmula 1 en manos de un conductor novel, el piñazo se veía desde lejos. Un pedal mal colocado, un hilo que cortaba más que Guido Rodríguez y que no tenemos ni idea sobre lenguas asiáticas, convirtieron la hora de costura en un infierno. Hubiésemos preferido echar el día en Afganistán. Menos mal que el tifo “no era ná”.
De nuevo trabajo acumulado. Toda la pintura tendría que hacerse en una tarde. No solo el tifo, sino también el resto de pancartas. Qué le vamos a hacer, lamentarse no sirve de nada. Al día siguiente nada más terminar la jornada laboral, bocata con cruzcampo glacial mientras nos acordábamos de nuestra mala suerte y rumbo al estadio. Aunque solo era una frase a dos colores (5×35 metros) teníamos mucho trabajo.
Pintura comprada, rodillos comprados, plástico para el suelo puesto y manos a la obra. Las risas entre amigos, las bromas y las anécdotas hicieron que sin darnos cuenta casi, el trabajo se fuese terminando. Todo quedó listo para que en la previa del partido se rematasen los últimos flecos.
El mismo sábado por la mañana, ya estábamos colocando cuerdas, palos a los estandartes y subiéndolo a la grada. Debía estar todo perfecto para que el día del partido solo se tuviesen que colocar las banderas a lo largo del gol sur para que acompañaran el tifo.
Al fin, llegó el domingo regalándonos un día de auténtico espectáculo para vivir con los amigos una de esas previas que le quitan el sueño a Pepe Elías. Los nervios del directo nos hacían ser impacientes de ver el resultado final. Quedada hora antes del partido para entrar y coordinar el tifo staff. Poco a poco el Villamarín fue llenándose hasta que el himno sonó por fin y empezó el espectáculo.