Hace exactamente 10 años que nos dejaste. De ser la voz de Gol Sur pasaste a convertirte en la voz del Cuarto Anillo, megáfono en mano. Afortunados ellos por tenerte, y nosotros por haberte tenido. Queremos hablar de ti a los que te recuerdan y, sobre todo, a los que no pudieron conocerte. Y es que hablar de ti es hablar de Beticismo, de historia, de veneno verde y de corazón blanco, puro. No tenemos dudas que allí arriba sigues componiendo canciones, escribiendo tu fanzine y animando como cuando lo hacías en Gol Sur enseñando tus nuevas creaciones que, por cierto, diez años después seguimos cantando como el primer día.
Por aquí, como habrás visto desde tu grada de animación eterna, ha habido varios cambios. El más importante, que la que fue tu vieja casa tantos domingos ahora es completamente nueva. Caben muchas más gargantas, pero, si te digo la verdad, tú hacías que sonaran con más alma.
Sobre nuestro equipo, ya ves que no hay muchas novedades desde que nos partiste. Te fuiste en un tiempo convulso para el Club, y tampoco es que estemos para tirar cohetes ahora. Lo que sí creo que te sorprendería mucho, y negativamente, es la poca pasión de la gente por el mundo ultra. Cada vez más, este mundillo que tú tanto amabas y defendías en su máxima expresión -animación, cánticos, tifos, fanzine, viajes- ha dejado paso a otras prioridades que no vamos a enumerar para no disgustarte.
Atrás quedó el amor incondicional que tú derrochabas por tu grupo y por el Betis. Pero, sobre todo, la humildad con lo que hacías cada cosa, a pesar de llevar toda tu vida en esa grada, de ser pieza clave y hombro de muchos, de conocer a todos y de tratarles con un respeto que hoy sorprendería por su sinceridad.
Pero también te alegrará saber que sigue habiendo gente fiel a unos principios, a una grada y a unos valores que te encargaste de inculcar y difundir a la gente joven. Porque, querido amigo, un ultra como tú nunca muere mientras haya alguien a quien inspires con tu filosofía de ‘Betis por encima de todo’.
Ayer, hoy y siempre, DIOS SALVE A LOS FANÁTICOS.